💰 SISTEMA DE FINANZAS PARA TU NEGOCIO
1. Las finanzas las tienes que llevar tú
Introducción
Cuando comienzas tu primen negocio, te vas a encargar de todo desde contestar el teléfono, mails, whatsapp, labores comerciales, desarrollar tu producto etc… Vas a estar con el foco puesto es todas las cosas que tienes que hacer y, si te pasa como a la mayoría de las personas, lo que no nos gusta o nos parece difícil, lo dejamos para el final.
Entiendo perfectamente que los números no le gustan a todo el mundo. Y con el agravante que nadie nos ha enseñado a gestionar nuestro dinero de forma correcta. Por todo esto, terminamos viendo los números como algo molesto y complejo que no nos aporta mucho. Es normal que cuando montas un negocio, al principio sea bastante confuso por la terminología que se usa y la falta de costumbre.
Asesores
Una de las confusiones más comunes que nos ocurren a los emprendedores, es no saber muy bien qué trabajo hace para nosotros el asesor, gestor, abogado o economista que contratamos para los impuestos. La persona que nos asesora nos informa de dudas que tengamos y nos presenta los impuestos para cumplir la ley. Es verdad que nos puede facilitar cierta información económica de nuestro negocio, siempre que nos ha realizado la contabilidad y los impuestos. Esta bien tener esa información para que compruebes que esta todo correcto, pero tú necesitas tener un control diario, porque si no, no vas a tener la información para tomar las decisiones que más le convienen a tu negocio.
Tu asesor o tu asesora no sabe si necesitas vender 100 membresías o 200 membresías para poder pagar los gastos mensuales de negocio, no sabe si el precio que le has puesto a tu producto esta bien o no. No sabe si te puedes permitir invertir en publicidad o contratar a alguien para que te ayude. Tu tienes que poder saber si te sale rentable trabajar con un cliente, cuantas horas le dedicas, cuanto ganas por hora etc… y toda esta información la vas a saber si tienes el control sobre el dinero de tu negocio.
Tienes que tener muy claro que los números de tu empresa los llevas tú.
El área económica es estratégica para cualquier negocio. He visto negocios rentables cerrar por mala administración. Sé que es mucho más cómodo enviar los papeles cada tres meses a la asesoría, cuando me llame a decirme que cuanto tengo que pagar cruzar los dedos y desear que sea poco y no saber mucho más. Si vienes de trabajar por cuenta ajena, ya sabes que te ingresan tu dinero a final de mes y en un principio no te preocupas de nada más, hasta que llega el momento de presentar la declaración de la renta.
Impuestos
Tu empresa ha pagado en tu nombre el IRPF a la Agencia tributaria y lo mismo hace con la seguridad social. Normalmente si no es el primer año que estas en la empresa, la retención será correcta y te saldrá a devolver muy poco a pagar muy poco. En este punto hay que reconocer que el estado es un genio, esta forma de pagar impuestos hace que nos duela poco pagar impuestos, porque miramos el liquido que queda al final de mes y del resto de cosas que pone en la nómina mejor no la miro.
Al trabajar por cuenta propia la forma de cómo pagas los impuestos cambia radicalmente, y ya te aviso que no es muy agradable la forma de pago para muchas personas. Se llama el dolor de pagar, es una sensación que todos sufrimos pero no en la misma medida. Tú como profesional por cuenta propia vas a sufrir cada euro que pagues en impuestos. Es un dolor que nunca antes has sentido.
Si preguntas a cualquier persona que tenga un negocio te va a decir que paga muchísimos impuestos, no es que un trabajador por cuenta propia pague más impuestos que una persona que trabaja por cuenta ajena.
Lo que ocurre para tener esta sensación es que todos los pagos los haces tu directamente a hacienda o a la seguridad social.
A demás también trabajamos como recaudadores de la agencia tributaria, en realidad el IVA que nosotros cobramos en nuestras facturas no es nuestro, pero como lo tenemos que ingresar nos duele como si lo fuera.
La única forma que tienes para que esto no te duela menos, es tener muy bien organizadas tus cuentas. De esta forma vas a saber perfectamente cuánto dinero te puedes llevar a tu casa como beneficio de tu negocio, qué dinero es para reinvertir, qué dinero es para el impuesto del valor añadido (IVA) y cuál para el impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF).
Cuando eres profesional tienes que tener muy claro qué dinero es tuyo y qué dinero es de hacienda.